#ielco – «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara.» (Génesis 2:15). El pasado 2 de septiembre, inició una de nuestras más emocionantes aventuras en la huerta comunitaria «Guardianes de la Creación», ubicada en La Tebaida, específicamente en el verde campo del Eje Cafetero. Desde el Proyecto María Magdalena de la Iglesia Evangélica Emaús (IELCO) y con el apoyo invaluable de la Misión Evangélica Luterana de Finlandia (Felm), tuvimos la inmensa alegría de ser parte de la inauguración de esta huerta que se convirtió en un faro de aprendizaje, experiencias y transformación en comunidad.
Durante este día especial, 12 niñas y niños, junto a 19 adultos, se unieron con un objetivo en común: sembrar las semillas de la educación en paz y reconciliación en nuestros pequeños y pequeñas, a través del contacto con la naturaleza y la comprensión de sus derechos.
En «Guardianes de la Creación» los y las participantes trabajaron mano a mano para desarrollar y adecuar esta huerta, con el propósito de enseñar a las nuevas generaciones la importancia de cuidar la tierra y vivir en armonía con ella.
«Es un mensaje que se enmarca en la ecoteología, una perspectiva que integra nuestra fe con el respeto y la protección de nuestro entorno natural»
El Tiempo de la Creación, que la cristiandad celebra en el mes de septiembre, nos brindó la oportunidad perfecta para unirnos en este espacio de aprendizaje teórico y práctico sobre la ecoteología, la justicia climática y el cuidado de la tierra.
Durante la jornada, también compartimos momentos de formación, práctica en la huerta, una olla comunitaria y el trabajo de campo que nos recordó la belleza y la fragilidad de la naturaleza que nos rodea. Además, tuvimos un encuentro de fe con una perspectiva ecológica, reforzando nuestro compromiso como guardianes de la Creación.
La huerta comunitaria es un testimonio vivo de nuestro deseo de inspirar valores ecológicos en las generaciones futuras. Desde la IELCO, estamos comprometidos y comprometidas a seguir sembrando semillas de conocimiento y amor por la naturaleza en nuestros niños y niñas, porque sabemos que son ellos y ellas quienes en un futuro próximo serán los verdaderos guardianes de la Creación.
Juntos y juntas podemos hacer la diferencia y proteger el preciado regalo que Dios nos ha dado: la tierra, nuestra gran catedral.
¡Únete a nosotros y nosotras y cuidemos juntos y juntas, éste, nuestro hogar común!
