En la Congregación Luterana Emanuel, el Espíritu Santo estuvo presente a través de la Palabra, la Santa Cena, los niños, las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores. Toda la iglesia manifiesta con gratitud el amor de Dios en acción. Con alegría, celebraron la presencia de Dios, mediante el Espíritu Santo celebrando el día de Pentecostés y es ese mismo Espíritu que dio vida a los huesos por la Palabra de Dios anunciada por boca del profeta Ezequiel. Por eso la Iglesia debe vivir siempre en Pentecostés.
En el Evangelio según Lucas 13:10-17, Jesús tuvo misericordia de una mujer encorvada que llevaba 18 años atada por una enfermedad degenerativa en su columna. Destacando cuatro aspectos que el Señor hizo con esta mujer:
- La miró con amor y compasión.
- La llamó “Mujer” o “señora”, dándole importancia y reivindicándola en la sociedad, ya que había sido vulnerada.
- La desató de las ligaduras que la ataban.
- Luego la tocó, sanándola y devolviéndole su elegancia y porte como hija de Abraham, defendiendo así sus derechos de dignidad.
La Pastora Luz Marly quién predicó en este Culto, nos comparte estas palabras: “El Evangelio restaura y libera de todo lo que nos oprime, impidiendo que tengamos el fruto del Espíritu de Dios. La invitación a cada creyente es vivir y anunciar las buenas nuevas que nos salvan, especialmente a aquellos que están sin esperanza, enfermos o con una fe debilitada”.
La escuela dominical infantil en esta ocasión trató el tema El Espíritu Santo Me Ayuda, contando con una asistencia de 40 niños y niñas.