El ministerio de mujeres de la iglesia luterana este año tenía planeado hacer talleres regionales y visitación a las congregaciones y misiones de IELCO.
Por causa de la pandemia se ha cambiado nuestra forma de trabajo y lo hacemos desde casa, como casi todo el trabajo en la iglesia. Hemos estado haciendo ayudas humanitarias, esto es un apoyo económico que se está entregando a personas que están viviendo momentos difíciles por cauda de la pandemia y algunos no tienen los recursos básicos para vivir. Ha sido de gran bendición poder acompañar, ayudar, apoyar, orar y servir en estos momentos tan complicados, desafiantes y confusos que estamos viviendo por causa de la pandemia.
Estamos haciendo reunión de mujeres virtual, donde tenemos espacio de oración, estudio de la palabra de Dios, pero también un momento de conversar y hablar de la situación de cada una; lo que sucede por la pandemia. Cómo la está viviendo, la enfrentando, lo que siente, sus dolores, tristezas, angustias, miedos, pero también hablamos de las alegrías, aprendizajes, actividades, anécdotas, estos espacios ayudan a que las mujeres puedan expresar abiertamente lo que están sintiendo, sanar, fortalecerse, darse cuenta que no son las únicas que pasan por estas situaciones en la vida. Enviamos devocionales que las llamamos “Terapia para el alma”. Son espacios muy bonitos y sabemos que Dios está obrando en nuestras vidas y que cada día aprendemos. Participamos activamente en los cultos realizados por los ministerios.
Este semestre iniciamos charlas, talleres o conversatorios con las lideresas de cada congregación y misión, sobre la prevención de la violencia en el hogar, capacitando al pueblo de Dios para que puedan ayudar a otras mujeres y sus hijos e hijas que estén viviendo o sufriendo la violencia. Reconocemos que el trabajo en el nombre del Señor no es en vano, seguimos firmes y constantes como dice nuestro versículo lema.
“Así que, hermanas mías amadas, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1Corintios 15:58.
Por: Pastora CONSUELO PRECIADO