La libertad religiosa, de cultos y de conciencia, es un derecho protegido en la constitución colombiana y en diferentes instrumentos y tratados internacionales. Garantizar el respeto y el ejercicio pleno del mismo, es un deber de todos los Estados, quienes deben trabajar por la eliminación de todas las formas de discriminación o violencias basadas en las creencias, libertad de conciencia o convicciones de las personas; de igual manera, deben garantizar la protección de cualquier comunidad o minoría religiosa y combatir las amenazas a sus libertades que en incontables ocasiones se han traducido en crímenes y genocidios en la historia de la humanidad.
Mediante el Decreto 1079 de 2016 redactado por el ministerio del interior y el comité interreligioso consultivo, se institucionalizó el 4 de julio como la fecha para celebrar el Día de la Libertad Religiosa y de Cultos en Colombia. La Política Pública Integral de Libertad Religiosa se creó mediante el decreto 437 del 2018 el cual se compone de 8 principios, 3 enfoques, 3 ejes temáticos y 34 líneas de acción.
Este día es de gran importancia no solo para las diferentes iglesias y organizaciones basadas en la fe que existen en el país, sino para el conjunto de la sociedad colombiana en la que cada ciudadano cuenta con el compromiso del Estado para garantizar la libertad y diversidad de creencias, lo cual es fundamental para preservar la dignidad humana, promover los principios de convivencia, respeto y tolerancia de todas las personas fomentando una cultura de paz.
Por eso en el 2023 se conmemoró este día en la #CasadeNariño, sede de la Presidencia de Colombia, contando con la participación de cerca de medio millar de representantes religiosos y como Iglesia Evangélica Luterana de Colombia se tuvo presencia en el lugar y celebramos dicho encuentro.
El presidente de la República en su mensaje comentó: «La religión es un derecho del ser humano. En medio de tantas quejumbres, problemas, circunstancias comunes que nos pasan a las personas, es indudable que la espiritualidad tiene un sentido profundo que nos sirve como instrumento para la construcción de la paz».