(IELCO) – El pasado domingo celebramos con gran alegría el culto del Día de Pentecostés, una fecha profundamente significativa para la vida de la iglesia. Como comunidad luterana, nos sentimos profundamente motivados y agradecidos por la presencia viva y transformadora de Dios entre nosotros.
Este culto especial fue transmitido desde la Congregación San Lucas en Bogotá, extendiéndose a toda la comunidad luterana en Colombia y más allá de nuestras fronteras. Fue un momento de unidad espiritual que nos recordó que, aunque estemos en distintos lugares, somos un solo cuerpo en Cristo.
La pastora María Elena, en su inspiradora predicación, nos invitó a reflexionar sobre el alcance de la misión de Dios. Nos recordó que comprender esta misión nos permite entender mejor el ministerio de reconciliación iniciado en Cristo Jesús, el cual ha sido confiado a la iglesia. En sus palabras:
“Dentro de la misión de Dios, la iglesia tiene una misión. Un testimonio activo dentro de las comunidades de fe, que se proyecta hacia un testimonio público.”
Este llamado nos impulsa a vivir nuestra fe de manera comprometida, siendo testigos del amor y la gracia de Dios en nuestras comunidades y en el mundo.
El culto fue una verdadera bendición. Quienes participaron salieron fortalecidos, llenos del gozo y la alegría que solo el Espíritu Santo puede dar. Fue un tiempo de renovación espiritual, de comunión fraterna y de envío a la misión que Dios nos encomienda.