ielco

Llamados a una sola esperanza, como un solo cuerpo

Porque siendo un cuerpo que trabaja en unidad, necesitamos del cuidado de cada uno de los miembros, nos reunimos como COPI (Conferencia Pastoral de la IELCO), en el monasterio benedictino de El Rosal entre el 25 y el 27 de febrero.  Nuestra motivación fue fortalecernos en herramientas de autocuidado y por ello contamos con el acompañamiento de Carolina Vanegas, psicóloga, quien apoyada en principios de la logoterapia, durante tres jornadas orientó reflexiones que iban desde la búsqueda de sentido de vida, como el reconocimiento de nuestra capacidad para asumirnos como un proyecto en permanente construcción.

Este tiempo de diálogo con nuestra interioridad, en el ambiente de silencio y recogimiento propio del monasterio, estuvo acompañado de devocionales orientados por el Obispo, en los que meditamos en el texto de la Segunda Epístola de Pablo a Timoteo, capítulo 2, versículos del 3 al 7: Tú, por tu parte, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.  Y tampoco el que lucha como atleta es coronado, si no lucha legítimamente.  El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

Además, atendiendo a los asuntos que como Cuerpo pastoral se abordan en estos espacios, se dedicaron también tres tardes para dialogar sobre el panorama de nuestra iglesia, estrategias de fortalecimiento y la implementación del Plan Misional que será nuestro derrotero durante la década que comienza.  Son diversos los desafíos que se nos presentan, pero es mayor el compromiso de las pastoras y pastores, cuya disponibilidad para el servicio y el trabajo en las congregaciones, CELCOs y proyectos denota la vocación que les impulsa.

Una tarea grande nos apremia en este tiempo: motivar y acompañar las nuevas vocaciones para que en la obra del Señor haya mas servidoras y servidores dispuestos a anunciar el Evangelio y a testimoniar su fe en las comunidades de la IELCO, para que la obra de Dios se extienda.

Nota elaborada por: Rvdo. Nelson Celis – Fotografía: Jorge Díaz © IELCO